Vamos a hablar hoy de la novela histórica, que es un buen formato para pasar un verano refrescante en donde la lectura se convierta en el ejercicio más intenso que hagamos en época estival.
La primera novela histórica (en tanto que libro que recoge tradiciones, sagas, mitos y leyendas) es la Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento. Durante mucho tiempo se consideró que todo lo que se contaba era rigurosamente histórico. De hecho, cuando fueron surgiendo los primeros restos de animales prehistóricos, se calculó que pertenecían a criaturas antediluvianas que habían muerto a causa del diluvio universal. Y, tras unos complicados cálculos realizados sobre las Sagradas Escrituras, se calculó que la Tierra tenía 4004 años antes de nacer Jesucristo. Por eso, cuando los primeros geólogos, paleontólogos y paleoantropólogos comenzaron a decir que la Tierra tenía millones de años, las cosas se pusieron feas.
Otro de esos libros que también incluye leyendas fueron las publicaciones de Homero (Ilíada y Odisea principalmente). La Ilíada es la crónica de la guerra de Troya, mientras que la Odisea es un texto sobre los periplos que le ocurrieron a Ulises en su regreso a Ítaca (y que luego se plasmó en aquellos fenomenales dibujos de Ulises 32). Pero en este caso, como en el de la Biblia, no podemos asegurar que todo lo que se dice en el relato sea rigurosamente cierto.
Sin embargo no es oro todo lo que reluce. Para nosotros hay un autor totalmente deleznable que, no obstante, ha conseguido vender millones de libros y poder ver sus novelas en la gran pantalla: el ínclito Dan Brown, escritor de las infumables El código Da Vinci y Ángeles y demonios, además de otras muchas novelas más. No nos molesta, obviamente, que este señor escriba sobre sus apetencias y venda numerosísimos ejemplares; lo que nos enciende es la pretensión de este americano por hacer pasar como auténticas y veraces las tropelías históricas que cuenta en sus libros. En primer lugar por esas conspiraciones que cuenta en sus libros y que no son demostrables históricamente. Naturalmente que a lo largo de la historia ha habido multitud de sociedades secretas que han intentado atentar contra el poder establecido. Ahí tenemos, por ejemplo, a la sociedad La voluntad del pueblo, que asesinó al zar Alejandro II. Y en Bosnia andaban a sus anchas los chicos de Unión o muerte, más conocidos como La mano negra, y que cometieron el asesinato que dio lugar a la I guerra mundial: el de Francisco Fernando en Sarajevo el 28 de junio de 1914. Pero esas suposiciones que se hace Dan Brown sobre los Illuminatti y todas estas cosas son, bajo nuestro punto de vista, aberrantes.
En cualquier caso, lo mejor es que te decidas por leer algo que, a buen seguro, pasarás un verano enormemente relajado, ya lo verás.